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domingo, 7 de octubre de 2012


Nacional Charlas a Fondo/ Entrevista a la jueza María de los Angeles Palacio de Arato

“La prostitución no puede ser considerada un trabajo”

00:10 Por Carmen Petrini, El Tribuno

Jueza María de los Angeles Palacio de Arato
Jueza María de los Angeles Palacio de Arato
La semana que pasó, una jueza cordobesa desató una controversia nacional por la resolución sobre un amparo que habían presentado el dueño de una whiskería y seis prostitutas.
El propietario de “El Lagarto”, de Oncativo, Córdoba, reclamó su derecho a trabajar y pidió la inconstitucionalidad de la ley provincial 10.060 que dispone la clausura de whiskerías, cabarets, clubes nocturnos, boites y todo tipo de establecimientos con mujeres para alternar y algo más.
Por su lado, las damas de estos tugurios exigieron ser tratadas como obreras sexuales en ellos y ceder al dueño, parte de sus ganancias.
La jueza María de los Angeles Palacio de Arato (52 recién cumplidos, casada y madre de cuatro hijos), desató una fenomenal polémica cuando dictaminó que la “prostitución no es trabajo” y exhortó a las autoridades a que les brinden “la posibilidad de un empleo digno que les permita salir de la situación de vulnerabilidad”.
Los empresarios del sexo se enojaron y las prostitutas también. Pero, la magistrada fundamentó con seguridad su fallo. Y en un diálogo con El Tribuno, explicó sus razones e hizo apreciaciones polémicas. “No es lo mismo una universitaria que se prostituye que una mujer pobre”.

¿En qué se basa para hacer la distinción entre prostitución y trabajo?

Los amparistas cuestionan la ley 10.060 que impide la existencia en la provincia de Córdoba de todos los prostíbulos en el marco de la Convención contra el Crimen Organizado que nuestro país suscribió en 2008 y luego en la Convención de Palermo contra la Trata de Personas en todas sus formas y la ley nacional 26.364 sobre Trata. Pero esto no es nuevo, Argentina hace 80 años adoptó una postura abolicionista contra la prostitución porque se considera que se engloba en la trata de personas, que es la esclavitud de nuestros tiempos. Fíjese que muchos de los traficantes de drogas y armas se vuelcan a estos negocios porque saben que son de los más rentables. La droga se consume y las armas se destruyen. En cambio, las personas pueden ser usadas y vendidas muchas veces. En ese marco, nuestro país siempre adoptó esta postura y ya lo había hecho en 1937 con la ley 12.331 conocida como la Ley de Profilaxis. Esa norma prohibió el regenteo y las casas de prostitución. Con los años se dejó de aplicar a pesar de estar vigente. Nunca fue derogada. La 10.060 vino a reformar el Código de Faltas y se prohibieron los prostíbulos como un modo de evitar la trata.
¿Qué diferencia hay entre la trata y la prostitución?
La verdad es que antes yo no tenía una posición tomada respecto de la prostitución, hasta que me tocó uno de los primeros casos de trata. A partir de allí, comencé a estudiar profundamente el tema. Yo no estoy en contra de la prostitución. Quien quiera ejercerla puede hacerlo porque está amparado por el artículo 19 de la Constitución Nacional que dice que está permitido hacerlo dentro de su casa como tantas otras cosas. Todos sabemos que algunas estudiantes universitarias que vienen a Córdoba ejercen la prostitución en sus domicilios, pero estas chicas tienen libertad para hacer eso y lo que deseen. De hecho tal vez lo hagan durante un tiempo y después no. Es absolutamente diferente ya que no están sujetas a ningún proxeneta; ellas tienen la libertad de manejarlo. En el caso de los estratos sociales bajos, esta libertad no existe y las mujeres son muy vulnerables porque, además, viven en condiciones de extrema pobreza y son víctimas de todo...
¿Ellas son concientes de que son víctimas?
No, su situación de absoluta debilidad no les permite ver lo que les está sucediendo. Por eso es tan difícil sacarlas de esa situación. Cuando uno es consciente de lo que le pasa y reconoce sus propios límites es cuando puede modificarlos.
¿Qué le plantearon estas mujeres?
Ellas me plantearon el “derecho a trabajar”, entonces yo me pregunto en el fallo: ¿La prostitución es un trabajo? ¿está reconocida dentro de las normas laborales de nuestro país? No, no está contemplado el trabajo sexual dentro del derecho laboral. Pero lo más notable es que ellas mismas me plantean la necesidad de trabajar en ese local, que tienen miedo de hacerlo afuera porque las golpean; le tienen miedo a la policía y a que se repitan los innumerables hechos de violencia que han sufrido de parte de sus clientes. La situación de vulnerabilidad de estas personas es extrema y va contra de la dignidad de la mujer. El “trabajo” debe dignificar y no degradar. Además, tuve la oportunidad de ir a “El Lagarto”. Es un lugar realmente terrorífico. Se trata de un espacio sucio, sin ventanas; una cama al lado de la otra, separada por unas cortinas inmundas...algo muy desagradable. Es lo más indigno que uno se pueda imaginar, no apto para mantener relaciones sexuales de ningún tipo.

Pero las asociaciones de meretrices defienden su condición de trabajadoras sexuales...
Sí, pero terminaron reconociendo que no tienen marco legal y además afirmaron que ellas también buscan sacar a las mujeres de la calle y de la trata. Los “clientes” que consumen este tipo de servicios no lo hacen a través de un contrato entre dos personas con autonomía y libertad. No, en estos casos es una cuestión unilateral y yo considero, después haber estudiado mucho el tema, que esto configura una situación de poder, es decir “yo por un determinado precio hago, en un determinado período de tiempo, lo que se me ocurre con tu cuerpo”. Lo sexual termina pasando a un segundo plano, todo se trata de una situación de dominación, de poder.
Usted sostiene que no hay que hacer diferencias entre prostitución consentida o no, ni entre menores y mayores de edad....
Si, esto se sostiene internacionalmente porque no se puede distinguir cuándo es una prostitución consentida y cuando es trata forzada. La línea es tan delgada que en cualquier momento se pasa del otro lado. Del mismo modo que cuando se habla de adultos y de menores. Aquí lo importante es combatir este tráfico. Ellas son víctimas. Algunas personas sostienen que toda esta lucha es teórica porque la realidad es diferente y es muy dura, pero es importante luchar, hay que limitar, no bajar los brazos, hay que concretizar y, fundamentalmente, cambiar las situaciones de hipocresía.
Usted ha participado en varios casos de trata...
Si, muchas veces. Yo soy jueza del departamento Río Segundo que está a 50 kilómetros de la ciudad de Córdoba. En esta zona se ven estos lugares donde las mujeres son esclavizadas. Hay muchas extranjeras: paraguayas, dominicanas, haitianas, colombianas y del norte de nuestro país, sobre todo de la provincia de Chaco. Pero en general destacan numéricamente las paraguayas. Justamente el primer caso que me tocó fue el de una jovencita de esa nacionalidad que entregué al consulado de ese país. Tenía 19 años. Ellas siempre dicen que están ahí por propia voluntad, pero no es así. Lo que ocurre que algunas no quieren volver a sus lugares de origen porque allí la pobreza es peor. Pero, aquí son esclavas y viven en condiciones espantosas.
En una ocasión libré órdenes para clausurar unas whiskerías. Cuando llegamos ya se habían llevado a las chicas extranjeras, solo quedaron las vernáculas. Fue increíble, había quedado a cargo de todos los locales un albañil. Cómo será el nivel de ganancia que esta gente tiene que nunca regresaron a reclamar absolutamente nada. Dejaron todo y se fueron.
¿Qué pasa con el rubro 59?
Exactamente lo mismo. Todo eso estimula la existencia de la trata; por eso hay que combatirla por todos los medios posibles.
La mujer que quiera ejercer la prostitución tendrá que buscar otro modo. Todo forma parte de esta lucha. Pero, le repito: la prostitución no es un trabajo; el trabajo dignifica.
En la web de El Tribuno los lectores participaron de una encuesta, en la que el 76% se volcó a favor de su decisión, el 22% en contra y solo el 2% se mostró indiferente al tema. Pero sin embargo en los comentarios, varios opinan que no se puede luchar contra la profesión más antigua del mundo...
Hay muchas cosas que existen desde siempre y eso no quiere decir que estén bien. Por otro lado, insisto, yo no estoy en contra de la prostitución siempre que sea una elección hecha en libertad.
Las personas que por pobreza terminan en estos lugares o son traficadas, han caído en esto por falta de oportunidades.
Por eso en mi fallo apelo a las autoridades para que les den a estas mujeres algún tipo de formación, oficios, talleres, contención psicológica... para que puedan salir de esa condición de extrema vulnerabilidad. Si después de todo eso, ellas deciden continuar en la prostitución ese ya será otro tema. Pero tienen que tener la posibilidad de salir, de reconocerse.
Los tratados y las leyes
A través de nuestra página web podrán acceder a los link de los diferentes convenios y de la ley nacional contra la Trata de Personas 26.364 y de la Provincia de Córdoba 10.060.
Los conceptos de la jueza cordobesa han levantado polémica.
La lucha. Los convenios internacionales firmados para luchar contra la Trata hacen hincapié en la vulnerabilidad. Las leyes nacionales y provinciales también.
Esclavizadas. Son despersonalizadas al punto que cuando son rescatadas, se miran al espejo y no se reconocen.

Encuestas y comentarios. Los lectores de El Tribuno Digital, tuvieron una activa participación con sus opiniones.
http://www.eltribuno.info/salta/209378-La-prostitucion-no-puede-ser-considerada-un-trabajo.note.aspx

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