TUCUMAN. ENVIADA ESPECIAL. - 30/10/12
POR SIBILA CAMPS
Lo dijo el abogado Carlos Varela Alvarez, a cargo de la acción civil. Hoy sigue la audiencia.
De pie ante una sala colmada, Carlos Varela Álvarez, representante de la acción civil, mostró una foto de Marita Verón: “Si alguien la ha visto, que lo diga” . Dio vuelta el retrato enmarcado y mostró el fondo negro: “Esta es la foto de Marita Verón actual; la foto de una desaparecida” .
“Una flor sencilla, común y corriente –la definió–.
Una gota en el mar, que ya no está. Por esa gota común y corriente estamos acá” .
Con gran expectativa comenzaron ayer en Tucumán los alegatos en el juicio que se sigue a 13 hombres y mujeres, acusados de haber secuestrado a Marita Verón el 3 de abril de 2002, y haberla prostituido en burdeles de La Rioja.
Muchas personas se acercaron a acompañar a Susana Trimarco para el inicio del tramo final de un juicio que lleva más de nueve meses: las profesionales de la Oficina de Rescate y Acompañamiento a las Víctimas de Trata, que han estado siempre junto a las víctimas que declararon como testigos; el fiscal Marcelo Colombo, a cargo de la UFASE, la fiscalía especializada en trata de personas; el diputado nacional Horacio Pietragalla; integrantes de organizaciones de mujeres; y representantes del PRO de la Ciudad de Buenos Aires.
Caras serias se vieron entre los imputados, quienes esta vez eludieron a los numerosos periodistas. Mientras el doctor Varela recordaba los terribles testimonios escuchados durante estos meses, por parte de jóvenes mujeres que fueron esclavizadas o explotadas en sus prostíbulos, Irma “Liliana” Medina, una de los principales acusados, hacía caricias y mimos a sus hijos mellizos, Gonzalo y José “Chenga” Gómez, con quienes comparte el banquillo.
Varela Álvarez, un abogado penalista que también tiene experiencia en el derecho civil, planteó una brillante introducción que dio cuenta de su amplia formación cultural, infrecuente entre sus colegas. Emocionó con su homenaje a Saúl Ibáñez, primer abogado de la familia Verón, y con el recuerdo de Daniel, el padre de Marita, fallecido en 2010.
Con menciones a Funes, el memorioso (Borges) y a El sueño del celta (Vargas Llosa), el abogado dedicó parte de su introducción a explicar los problemas de memoria de las testigos que vieron a Marita: sufrían y varias aún siguen sufriendo estrés postraumático por haber sido víctimas de trata o, cuando menos, de explotación sexual; declararon al poco tiempo de haber sido liberadas; tuvieron que volver a declarar este año y frente a sus victimarios, cuando ya había pasado nada menos que una década de aquellos testimonios.
“Lo que vamos a juzgar, es la memoria de las personas que estuvieron presentes acá” , observó.
En esta primera parte de su alegato, Varela desplegó todas las pruebas e indicios que demuestran la conexión entre todos los acusados, cuatro de Tucumán y nueve de La Rioja; en ese sentido, puso el acento entre los vínculos de los hermanos María Jesús y Víctor Rivero –acusados de haber ordenado y ejecutado el secuestro–, con Daniela Milhein, y con Rubén “La Chancha” Ale, ex pareja de María Jesús, quien nunca fue imputado.
El abogado comenzó a desarrollar el itinerario de la víctima tras sus dos secuestros –los testimonios indican que había logrado escaparse, drogada, y que fue recapturada por policías de La Ramada, cerca la capital–; en las casas de los imputados Daniela Milhein y Alejandro González; y luego en los prostíbulos de la familia Medina-Gómez en La Rioja.
“Está siendo violada, está sometida a la prostitución, en un lugar donde se practican abortos, donde se hacen ritos umbanda, donde se les cambia la identidad a las mujeres, donde se les cambia el nombre y pierden el suyo –recordó el abogado–.
Un lugar donde se tortura, se secuestra, se golpea; donde no se puede decir que no. (…) Un campo de concentración privado” .
Su exposición debió ser interrumpida a causa de la descompensación sufrida por el doctor Eduardo Romero Lascano, vocal del tribunal. El suspenso continuará hasta hoy a las 8.30.http://www.clarin.com/sociedad/Marita-violada-sometida-prostitucion_0_801519897.html
Arrancan los alegatos sin que se sepa qué pasó con Marita Verón
Por ahora ninguno de los 13 acusados dijo qué hicieron con la joven, secuestrada en 2002.
“¡Que me devuelvan a mi hija! O los huesos de mi hija...”, clamó Susana Trimarco en febrero, cuando se sentó frente al tribunal. Casi nueve meses después de iniciado el juicio por Marita Verón, ninguno de los 13 acusados dijo qué hicieron finalmente con la joven, que tenía 23 años cuando fue secuestrada, el 3 de abril de 2002. Con los argumentos de la fiscalía, hoy comienza la etapa de alegatos , que será televisada y –se prevé– finalizará el 12 de noviembre con la lectura de la sentencia.
Se sabe, sí, que la raptaron, la drogaron, y la soltaron, o se escapó : vecinos de Los Gutiérrez y La Ramada la vieron deambulando dos y tres días después. La querella y los fiscales conjeturan que luego volvieron a secuestrarla con complicidad policial.
Los acusadores suponen también, por el testimonio de Fátima M., que, al igual que ella, Marita estuvo encerrada en dos casas de Daniela Milhein y Alejandro González; pero los imputados niegan haberla visto. También lo niegan los hermanos María Jesús y Víctor Rivero, imputados de haber ordenado y ejecutado el primer secuestro.
Se conoce además que Marita fue esclavizada en tres prostíbulosde La Rioja, propiedad de Irma “Liliana” Medina y de sus hijos mellizos, Gonzalo y Fernando “Chenga” Gómez. Varias testigos –al igual que Marita, víctimas de trata– la vieron en los burdeles, y en las casas de Medina y del “Chenga”.
Esas jóvenes, como también otras mujeres explotadas, identificaron y describieron las funciones que allí cumplían otros seis acusados. Sin embargo, pese a los testimonios de los policías que allanaron los locales, y de las fotos incluidas en el expediente, Medina y los Gómez los definieron siempre como “whiskerías”.
En resumen, las 13 personas sentadas en el banquillo se proclaman inocentes . Las esperanzas de que alguna de las mujeres confesara qué hicieron con Marita fueron diluyéndose a lo largo del juicio, mientras se hacía evidente que las amenazas o el miedo les cosían la boca .
Muchos testimonios permitieron reconstruir cómo funcionaba –concomplicidad policial y judicial –, desde mediados de los ‘90 hasta 2004 la red de explotación sexual más poderosa del noroeste, conectada con rufianes y burdeles de casi todas las provincias. No obstante, los imputados no son juzgados por la ley de trata, sancionada después, tras la lucha de Susana Trimarco. Tampoco fueron acusados de asociación ilícita.
No caben dudas de que, aún con tanto retraso, se llegó a este juicio porla tenacidad de Trimarco . Sin embargo, la investigación tuvo tantas fallas que, sumadas al encubrimiento y a la protección política de aquellos años, es probable que para este tribunal las pruebas no resulten suficientes para condenar a todos los imputados. Si hay castigos, las penas irán de los 5 a los 15 años.
La querella y la acción civil prevén pedir además que se investigue a más personas, mencionadas por varias testigos en relatos de hechos que podrían ser delictivos. Junto con la sentencia, los jueces también darán a conocer qué decidieron acerca de varios testigos que, según la querella, mintieron para encubrir , por lo que pidió sean investigados por falso testimonio.
Los trece acusados podrán decir sus últimas palabras en los primeros días de noviembre, poco antes de la sentencia, que probablemente se conozca el 12. Es la última esperanza de que alguna o alguno se quiebre y dé una respuesta a una hija huérfana y a una madre huérfana de hija.http://www.clarin.com/sociedad/Arrancan-alegatos-sepa-Marita-Veron_0_800919974.html
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