Por Fabiana Túñez. Coordinadora general de La Casa del Encuentro (www.lacasadelencuentro.org)
27/07/12 - 21:13
En un país abolicionista como el nuestro, donde los prostíbulos son ilegales, es fundamental dar una normativa donde quede en claro que todas estas whiskerías, cabarets y demás eufemismos no hacen más que dar lugar a su existencia.
Es indispensable romper el eslabón principal de  la explotación sexual y la trata de personas, que es la existencia de  prostíbulos, donde también buscan subsistencia mujeres y minorías sexuales que  están en vulnerabilidad absoluta. Como abolicionistas, en La Casa del Encuentro  pensamos que la prostitución no es un destino para ninguna persona; pero  lamentablemente, por cuestiones culturales, a lo largo de la historia se ha  naturalizado la explotación sexual y la esclavitud de las mujeres para su  explotación sexual.
La realidad es que el 80% de las mujeres que  ingresan al circuito de la prostitución "por su propia voluntad" terminan siendo  explotadas por el proxeneta, teniendo que pagarles el producto de su propia  explotación. Y la inmensa mayoría son iniciadas siendo menores de  edad.
Una niña que ingresa al circuito de la  prostitución, cuando llega a la mayoría de edad y no conoció otra forma de  supervivencia –porque el Estado no le dio otras alternativas para poder  subsistir–, es muy difícil que pueda salir, porque es una mafia. También se lo  impiden el condicionamiento psicológico y la presión de los proxenetas: eso es  esclavitud, aún cuando pueda salir a hacer las compras.
Contextualizar el problema de la prostitución y  la trata con fines de explotación sexual dentro del capítulo de los derechos  humanos y de la violencia de género es indispensable para poder lograr una  sociedad equitativa y con igualdad de derechos y de oportunidades para todas las  personas.
Para que exista la explotación sexual y la trata  hay un actor indispensable, que es el cliente. Es con quien hay que trabajar  firmemente en un cambio cultural y educativo que revierta el concepto de la  mujer como un objeto de mercantilización. Si la única forma de supervivencia  para los varones fuera la prostitución, ¿no estaría abolida? Hay una desigualdad  estructural que la sostiene, y que se basa en la vulnerabilidad de las mujeres,  travestis y transexuales.
http://www.clarin.com/policiales/Prostitucion-explotacion-sexual-derechos-humanos_0_744525799.
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