La Red PAR (Periodistas de Argentina en Red, por una comunicación no sexista) expresa su solidaridad con la colega Patricia Diácono, quien el pasado 25 de noviembre Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, solicitara públicamente que su ex esposo Gustavo Granero, actual secretario de la FATPREN y dirigente de la FIP, no sea representante o vocero de problemáticas de género vinculadas a las trabajadoras de prensa en foros nacionales e internacionales.
El pedido de Diácono se sustenta en el juicio que se sustancia contra Granero, en el que se lo imputa por
amenazas contra su persona, agravadas por su condición de sindicalista, y en el que además se sugiere se lo investigue por la internación fraudulenta de su ex mujer.
Nos resulta pertinente señalar que atentas/os al desenlace del proceso judicial, de cuyos tiempos somos
respetuosos, creemos oportuno indicar que lo personal es político. La violencia contra las mujeres es social, nunca del ámbito privado, tal como lo consagra la nueva Ley 26.485 que es clara y contundente al definir a la violencia que ocurre entre cuatro paredes como un delito. En este sentido nos parece coherente el pedido de Diácono ya que la posibilidad de reproducir dobles discursos en ámbitos de incidencia pública no hace más que vaciar de contenido la lucha y la militancia por los derechos de la Mujer.
Exceptuamos asimismo a la compañera Alejandra Paredes, integrante de PAR y de FATPREN, de manifestarse con relación al caso, comprendiendo sus argumentos éticos relacionados con su pertenencia al
Secretariado Nacional de la FATPREN.
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